diumenge, 21 de desembre del 2014

LA DESTRUCCIÓN DEL PATRIMONIO HOMOSEXUAL

Gran parte del patrimonio de la humanidad ha desaparecido fruto de las guerras, el paso del tiempo o la intolerancia religiosa o política. Cuando este patrimonio representaba una realidad como las relaciones homosexuales, esta destrucción aun ha sido mas demoledora.

El siglo pasado con los regímenes totalitarios de Hitler o Stalin se vivió una etapa de durísima represión y exterminio. Las imágenes de la destrucción de los archivos del Instituto de Hirschfeld es una evidencia de este odio hacia la homosexualidad. Pero no fueron los únicos.



 En la India desde 1920 hasta la década de 1940 se destruyó parte de su legado homoerótico. Gandhi decidió enviar escuadrones de sus partidarios para destruir las representaciones eróticas, en particular aquellos que representan el homoerotismo y el lesbianismo, esculpidos en los templos hindúes que datan del siglo XI, fue parte de un programa para fomentar entre los hindues la creencia de que tales comportamientos son el resultado de influjos extranjeros.

En España Juan Valera tradujo al castellano la novela griega Dafnis y Cloe. En la versión original de Longo Gnató acosa sexualmente a Dafnis, en la traducción de Valera es a Cloe. En la introducción Valera advierte que había realizado "censura moral", pues el realismo de la novela "raya en licencia.. lo que en Dafnis y Cloe puede tildarse de licencioso... lo hemos cambiado o suprimido". La familia de Federico García Lorca ocultó sus "Sonetos de Amor Oculto", y cuando se publicaron intentaron suprimir toda evidencia de amor homosexual con la ayuda del periódico monárquico ABC.

Son dos ejemplos de como se ha evitado que gran parte de este patrimonio llegue a nuestras manos. Desde la antigüedad griega hasta nuestros días se han destruido obras escritas, se ha cambiado el sexo de estatuas, se han derrumbado monumentos o a través de las traducciones se han transformado textos que nos hablan de homosexualidad, por otros que hablan de heterosexualidad.

Un ejemplo lo tenemos en la poesía aràbigo-andalusí. La ambigüedad de los textos originales desaparece con las traducciones. Los jóvenes son referidos a menudo "como bellas gacelas" (masculino en la lengua original, femenino en las traducciones). 

Bajo el pretexto de la inmoralidad, de la que habla Valera, se han destruido un número infinito de obras escritas. Safo ha sido quien mas ha sufrido este ataque homofóbico. Pero incluso Cole Porter sufrió la censura homofóbica en pleno siglo XX.

Ya a principios del siglo III gran parte de la obra griega en la que se evidenciaban las relaciones homosexuales había desaparecido:  "Ateneo a principios del siglo III cita los títulos de las obras que ya no existían, como "Los pederastas" de Diphilus, una obra llamada "Ganímedes" y "Los afeminados" por Cratino. Cuatro piezas de teatro perdidas de Esquilo trataban del tema del amor griego, así como la tragedia de Eurípides perdida sobre "Crisipo y Sófocles" o "Los amantes de Aquiles."(1)



La obra de Safo fue destruida en casi su totalidad durante el reinado del Emperador Teodosio(sIV, primero, y el papa Gregorio VII (s XI) después. De las 12000 líneas escritas, solo han llegado a nosotros 600.

Rictor Norton en su artículo "The Suppression of Lesbian and Gay History" nos muestra una larga relación de hechos que durante siglos se han ido produciendo para silenciar y negar la presencia homosexual en la historia.

El historiador  F. Beltrán, en su trabajo "Notas sobre las inscripciones latinas de Coscojuela de Fantova (Huesca)”, nos da un ejemplo de este negacionismo que muchos historiadores optan al encontrarse una evidencia. Ante una inscipción en la que aparecen emparejados Rufus i Viventius, deduce que el segundo es una mujer, "obviamente" pues de lo lo contario seria "una relación homosexual", vaya¡¡¡¡









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GUY HOCQUENHEM, RACE D'EP